Cuando
tenemos que afrontar el comentario de este texto, observamos que por el tema que
trata, por la forma de tratarlo y por su carácter divulgativo, nos encontramos
ante un artículo, dentro de la temática de textos científicos.
Se nos expone una información y una opinión que supone la voz de
alerta ante la extinción de las especies de los seres vivos. Se considera al
hombre como el responsable de esta catástrofe y el autor, Vladimir de Semir,
periodista científico, pretende concienciarnos del problema. Y esto lo
hace con argumentos objetivos de hecho, datos y estudios científicos,
apoyado en argumentos de autoridad, caso de Carl von Linneo y Edward O.
Wilson, fechas...
La tesis
del texto es que hay que cambiar de filosofía porque de lo contrario
terminaremos con el planeta. Parte de datos concretos, precisos y
de hipótesis; por tanto algunos se pueden comprobar y otros están por
estudiar.
La estructura
del texto es inductiva sintetizante:
la exposición nos va llevando a través de unas ideas informativas a una
conclusión que es la idea principal.
Su carácter
divulgativo se expresa por al intención de involucrar al lector “no lo
olvidemos” (l.92) de llegar a un colectivo universal y –dada la peculiar
forma de las columnas- pensaremos que aparece en una revista o en un periódico,
asimismo, el hecho de que aparezca firmado es otro elemento que avala su
adscripción como artículo.
Los datos
que se plasman (751.000 corresponden a insectos, 281.000 ... ) los detalles
minuciosos (que cada día perdemos 74 y cada hora 3), los sintagmas
nominales que modifican, por ejemplo, a Wilson, y la clasificación
de las especies, son muestras del
perfil explicativo del texto.
Los
párrafos del texto son totalmente clarificadores: en el primero se
encuentran los datos de los estudios y las hipótesis; en el 2ª, el problema de
la extinción y la conclusión: por tanto la claridad es evidente y junto
con la precisión de datos y tecnicismos, a lo que añadimos su
carácter monosémico, permiten que la información llegue al lector sin
ningún tipo de ambigüedad ni confusión.
En esta línea
destacaremos la exposición objetiva e impersonal que abarca casi todo el
texto. Especialmente en la 1ª parte se limita el autor a transmitirnos estudios
con fechas y datos sin ningún tipo de valoración.
El ámbito
de uso es el técnico-científico, bien podría encontrarse el texto en una
revista científica no especializada.
Por todo
ello podemos resumir diciendo que la información es verificable, objetiva,
unívoca, universal, que se desarrolla de forma ordenada y lógica, con
claridad, precisión, corrección e impersonalidad.
(Especialmente hay que explicar el texto por el tema, por su intención, género, subgénero, tipología expositiva, explicativa y argumentativa. Debes poner ejemplos de secuencias donde se localizan y diferenciar tipos de argumentativos, entre otras cosas).
ADECUACIÓN
En la línea
de todo lo dicho anteriormente, abordaremos la pragmática –para
comprobar la adecuación a la situación de los distintos componentes que
confluyen en este artículo científico:
Vladimir de Semir es el emisor
–una persona cualificada que se implica dentro del problema “somos
nosotros”(l.86), “no lo olvidemos”(l.92) y pretende convencernos de
que “Nosotros tenemos la última palabra en este asunto” (l.103).
El
receptor ha de ser una
persona curiosa, interesada por los temas de la ecología. Cualquier persona con
una cultura media podría comprenderlo. Si bien es preciso buscar el
significado de algunos tecnicismos: hablamos del receptor modelo como la
persona comprometida con estos temas. Con expresiones como “estamos
viviendo”(l.76), “aunque no nos demos cuenta”(l.73). El emisor quiere
implicar al receptor con una 2ª persona del plural (asociativo) que identifica
a los interlocutores. El mensaje que transmite sobre la necesidad del
cambio de filosofía constituye una comunicación de ausencia, unilateral,
y diferida, por medio de un canal, la revista, esto es, visual,
artificial y escrito. El código es lingüístico, aunque sin mayor
importancia se presenta la fotografía del autor –icono-; por tanto destacamos
el lenguaje, por otra parte, heterogéneo, puesto que se combina el
castellano y el latín. Hay que destacar el registro culto, por el tema,
por el léxico latino(l.5), por la documentación y por los tecnicismos y por la
capacidad de combinación entre la hipotaxis y la parataxis.
El papel
social del firmante del artículo consiste en aportar datos y sensibilizar a
los lectores del gran problema; dada su cualificación, resulta
relevante, aunque no sea un personaje conocido popularmente.
El tema es
interesante y la información adecuada; el autor parece ser conocedor de
lo que escribe, y una autoridad para el lector: puede, pues,
influir positivamente por su prestigio, avalado por los argumentos de
autoridad (Carl von Linneo y Edward O. Wilson). Es un artículo actual y tiene
hasta la fecha validez.
La relación
entre el emisor y el receptor es unilateral y diferida.
Las marcas espacio temporales.
Vladimir de Semir trabaja en una universidad de Barcelona y la extensión del
tema alcanza todo el planeta. Se habla desde el presente “estamos
viviendo”(76) y otras fechas para justificar los estudios desde 1758 y 1992
(tiempo actual) que permite comprender mejor el mensaje.
Los puntos de vista
dentro del texto nos permiten hablar de polifonía: por una parte el
autor del artículo, y por otra los estudios de Carl von Linneo o Edward O.
Wilson y también las distintas hipótesis
(57-44).
Para
comprender mejor el texto es importante poseer unos conocimientos enciclopédicos,
especialmente el significado de los tecnicismos y las cinco extinciones masivas
anteriores de la historia de la tierra.
Con las reformulaciones
Vladimir de Semir aporta información que corrobora la autoridad de los
estudiosos que cita y tambien enriquece los conocimientos del lector, aclarándolos.
El lenguaje
se presenta con distintas funciones: la primera es la apelativa (“no lo
olvidemos”l.92, “nosotros tenemos la última palabra” l.103) para
convencer y sensibilizar al lector sobre la magnitud del problema, y para ello
parte de datos objetivos en torno a los estudios conocidos sobre el tema, dando
una información impersonal y objetiva (función referencial: orden
correcto en las oraciones, oraciones enunciativas, sustantivos concretos, verbos
en indicativo, adjetivos calificativos especificativos postpuestos, etc.). Por
todo ello, podemos concluir que la situación comunicativa es propicia
para llegar a un receptor con el que se entabla un acto de comunicación
ligeramente modalizado mediante expresiones como “libro de lectura obligada”
(l.59), “la crisis de la biodiversidad significa...” (l.72), “¿Protagonizando?”
(77), “lo trágico” (l.49), etc.
COHESIÓN
Los
elementos lingüísticos que
contribuyen a dar unidad al texto están estrechamente interrelacionados. De ahí
que elementos fonéticos, morfosintácticos y léxico-semánticos
aporten sentido y unidad al mensaje que el autor nos quiere transmitir.
Tanto el
título como el subtítulo son algunos de los elementos de realce
con los que se capta la atención del receptor y en los que se subraya el tema
principal. Aparte de esto diferenciamos dos párrafos, uno de ellos con todo
tipo de datos sobre estudios que afrontan el tema, y el otro la explicación y
comentario de Vladimir de Semir en torno a la obra La biodiversidad de la
vida, de Wilson.
Entre las recurrencias
hemos de destacar cómo en medio de las oraciones, caracterizadas por la modalidad
enunciativa, rasgo, por otra parte de los mensajes objetivos y reales, una oración
interrogativa retórica y otra dubitativa, marcadas por la subjetividad
escasa que se da en el texto.
Destacaremos
como organizadores textuales las siguientes expresiones: “En 1758”,
“según la estimación efectuada en 1992”, “Según el profesor
Wilson”, “Según cuál sea la fuente”... con ellas se transmite orden y
claridad, además de la cronología de los estudios y sobre todo el afán de
objetividad, y de impersonalizar. Carácter impersonal que se muestra con
los tecnicismos “entomólogo”, “ecología” o “técnicas taxonómicas”
y en frases “como se le ha convenido en llamar...” (71)
Recurrencias
basadas en la repetición,
sirvan de ejemplo “especies vegetales y animales”, “Según...”,
“esta vez” (80) o “especie” (91), tan significativas dentro de este
texto y en relación con el tema, la ejemplificación y el interés por
transmitir datos objetivos. Respecto a las sustituciones, hemos de destacar sinónimos:
“Tierra”, “Mundo” y “Planeta” y casos de hiperónimos (
“organismos vivientes” y “mundo animal”) frente a los hipónimos
(“insectos”, “plantas”, “aves”); con estas sustituciones se enlazar
unos párrafos con otros y unas líneas con otras, haciendo que no se pierda el hilo
argumental conforme avanza el tema.
Respecto al
léxico, destacaremos las distintas fórmulas para intensificar
(enfatizar) que utiliza el autor con las que destaca su preocupación: “máxima
autoridad” (12), “27.000, cada día 74, cada hora 3” (63), o “es tal la
magnitud del problema” (97), con ello trata de impactar más en el lector.
Puesto que
la palabra “biodiversidad” ocupa un importante papel dentro del mensaje,
analizaremos su composición. “Bio” es un prefijo griego que
significa vida, y “diversidad” viene del latín (variedad). Sin embargo, es
Wilson el fundador de este concepto, entendido aquí como el conjunto de
especies de seres vivos.
Los verbos
están casi todos en indicativo, que es el modo de la objetividad, de la
realidad, y sólo excepcionalmente –dada la poca presencia de la subjetividad
dentro del texto- encontramos el subjuntivo “sean ajenas”(73) o
“sea”(46).
Contribuyen
a dar unidad al texto los deícticos catafóricos, en “esta catástrofe
silenciosa, la crisis de la biodiversidad”, el pronombre personal
“nos”(73) o “nosotros”, los humanos (86); y los anafóricos, por ejemplo
“lo que” (87), “única” (95) o “ello” (96).
La sintaxis
viene marcada especialmente por las relaciones hipotácticas, entre las que se
observa el predominio de las proposiciones subordinadas de relativo, por el
interés del autor por aclarar elementos sustantivos, y las que indican relación
de causa-efecto, propias de cualquier tipo de texto que pretenda justificar con
argumentos y explicar las consecuencias, así vienen introducidas
con distintos conectores “por lo tanto” (45), “ya que” (95) o
“Tal... que” (96).
De gran
relevancia en este aspecto es el campo semántico
que tienen que ver con la clasificación, tan importante para el
conocimiento de las especies, y que se cifra en “sistematizados”, “técnicas
taxonómicas”, “variedades” o “catalogados” (35).
Semánticamente
hemos de destacar la perfecta relación entre los distintos elementos para un
mejor entendimiento del mensaje, cuyo léxico ha sido correctamente seleccionado
–con los tecnicismos oportunos- e incluso su elaboración alcanza en algún
caso la metáfora como lo prueba la expresión “asteroide más
exterminador”, refiriéndose al hombre, acusación
que dentro del artículo alcanza un relieve fundamental.
Todas estas
recurrencias hacen que Vladimir de Semir consiga transmitir su preocupación
ante un referente presentado con gran objetivad pero ante el que presenta su
punto de vista con coherencia, cohesión y unidad. A pesar de que da la
impresión de que el texto está inconcluso se entiende perfectamente.